Wednesday, July 27, 2005

Un ojo.

Hace mucho tiempo, al menos eso me parece, alguien que se parecía a mi escribió esto...


Un ojo...
En una calle de Bagdad hay un ojo, es un ojo pequeño, sucio y olvidado.
Sería de alguna mujer, que guardo para siempre el recuerdo de un amor lejano u olvidado en su mirada.
O podría ser de un niño, recordando los días breves, brevísimos, de juegos y felicidad.
Tal vez pertenece a un hombre, que antes de ver ese último disparo "aliado" , había visto al gato al que le daba de comer en el zaguán de su casa.
O una anciana, y sus sueños evaporados largo tiempo atrás.
O un anciano, cuya mujer murió en otra invasión, o enferma, o de hambre, o de todo.
Y ahora que lo pienso..., puede ser de un periodista, el nuevo "objetivo militar" de esta suciedad a la que llaman guerra, tan sólo para darle cara a lo que nunca tendrá un rostro amable.
Y vuelvo a la suciedad, ya que la he ofendido, lo sucio puede ser decente. La basura que uno saca cada día, los papeles que se acumulan en la mesa del escritor y repentinamente dejan de ser útiles, hasta la basura, que está noche saqué, tiene un aroma decente comparado con lo que vemos día a día.
El ojo sigue allí, tal vez nunca lo encuentren, y los mire, y nos mire...
Esperando siempre una respuesta, que nunca llegará...
¿O será posible un último sueño?

Y hoy puedo agregar, nada ha cambiado. Es más, el mundo va a peor, y eso, eso si lo ve un optimista.

Argentina.

Raro país la Argentina. Todo se ve plano, muy chatito, al menos eso hace creer el gobierno, con sus espejitos de colores de "superavit fiscal"
Elecciones a la vuelta de la esquina, para que vuelvan los que se iban a ir, que nunca se fueron.
Y si lo nuevo es pensar en Macri o López Murphy, ni lo nuevo ni lo viejo.
Bueno, en realidad lo que hace falta es algo realmente nuevo, no de mentira, no de juguete.
Creo que era el el sociólogo Alain Tourraine, que nos alertaba hace unos años del peligro de andar gritando "que se vayan todos", pero sin ninguna idea en los bolsillos, y asi estamos.
Es cierto, hay gente que se sigue moviendo, día a día, alimentando como pueden a grandes y chicos en comedores barriales, ayudando con lo poco que tienen. O los (las) que siguen dando el ejemplo, las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo. Por supuesto hay más. Músicos, actores, pintores, artistas, médicos, carpinteros, albañiles, gente como uno, o no, que también se desloma, y sin darse cuenta hace grande al país, pero sin tarimas ni discursos mentirosos. Sin contar, como si fuera un mago de cumpleaños (berreta) que somos libres y responsables, mientrás por detrás, o por delante, nos venden el buzón más grande del mundo. Por lo demás, bien gracias, todo está más o menos igual, como siempre. Y así seguirá, hasta que nos demos cuenta que la democracia no se termina en un domingo de asado con vinito, y luego arrastrarse al cuarto oscuro. Hay algo, más allá de esa oscuridad...