Una reflexión profunda sobre la publicidad y el marketing, tomando como punto de partida la figura de Manuel Marcelino Mortola, Gerente General de J. Walter Thompson Argentina en los años sesenta, historia que Federico conoció muy bien gracias a Ricardo Antin, su padre, que tuvo el placer y la suerte de trabajar estrechamente con Marcelino.
También queríamos comentarles que AllSenses | Art&Ads siente un enorme orgullo, pues Federico Antin fue convocado el año pasado, y ha comenzado a trabajar activamente en el mes de abril, como Redactor / Diseñador Comunicación Visual, en el proyecto "Puesta En Valor Catarata La Corbata Blanca - El Hoyo / Chubut”.
Este proyecto involucra al Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas del Chubut, que tuvo la excelente idea de escuchar la propuesta de José Pablo Mehaudy, arquitecto talentoso y vanguardista, y cuenta con la financiación del Consejo Federal de Inversiones.
Por último, AllSenses | Art&Ads no ha dejado de lado sus charlas particulares para todos aquellos que tengan intención en contar con mayor información sobre el universo del marketing.
Estos encuentros son conducidos por Federico Antin, con una trayectoria profesional que lo vincula a un amplio espectro en la materia, que va desde el ámbito publicitario, la gestión comercial, y también la influencia del marketing en la gestión cultural.
Y ahora ya sin más rodeos los dejamos con la lectura indispensable que deseábamos compartir con todos ustedes.
¿El marketing es la herramienta?, ¿o la herramienta es el marketing?
En los años sesenta Argentina no escapaba al estallido creativo universal, y la publicidad era un importante laboratorio para desarrollar nuevas ideas, y si hablamos de frescura de ideas no podemos olvidar al querido Manuel Marcelino Mortola.
J. Walter Thompson ya era una fuerza creativa de gran potencia en el ámbito publicitario, y en la Argentina Manuel Marcelino Mortola era su gerente general, en coincidencia con un avance de gran importancia en la estructura interna de la agencia, donde los creativos habían adquirido un poder relevante.
Si bien Manuel Marcelino Mortola se había formado en la vieja escuela, eso es decir la calle misma, y en profesiones que poco tenían que ver con la publicidad, o tal vez no, ya lo veremos más adelante, su inteligencia creativa era de una potencia arrolladora.
Estábamos lejos todavía de los años ochenta, y del fantástico libro de Philip Kotler
y Gary Armstrong, faro referente del marketing actual, “Fundamentos de marketing”, pero el marketing en si, como lo dejó muy claro Philip Kotler en todos sus trabajos, estaba ya presente en momentos relevantes de nuestra historia, como por ejemplo la “Revolución Industrial”.
Pero regresemos a Manuel Marcelino Mortola, quien fiel a su innata sabiduría reflexionaba antes de partir a realizar con sus mujer las compras de supermercado, y lo hacía con su famoso frase “Vamos a hacer marketing”.
Desde mi punto de vista uno de los hallazgos más interesantes en los libros de Philip Kotler, más allá de sus reflexiones personales, con las que uno puede o no estar de acuerdo, son los ejemplos.
Philip Kotler toma marcas que vemos en el día a día, y descubre ante nuestros ojos los procesos detrás de la comercialización, el “branding” que permite que unas marcas sobresalgan sobre otras en la lucha comercial, muchas veces despiadada.
¿Pero qué ocurre con Manuel Marcelino Mortola en sus visitas al supermercado?
¿El “Vamos a hacer marketing” era una cómica broma?, hasta cierto punto, porque él se detenía en observar productos, su packaging, los logos, las características de los consumidores, Manuel Marcelino Mortola comprendía profundamente, diría que tenía completamente internalizada la importante simbiosis entre publicidad y marketing.
Y de repente llegamos a la actualidad, lamentablemente sin Manuel Marcelino Mortola, pero con la convicción, en mi caso al menos, de no convertir al marketing en una herramienta en si misma, despojada de toda humanidad, de toda vinculación con los consumidores y los productos y servicios que se consumen.
La recopilación de datos, hoy gracias a la tecnología simplificada, pero al mismo tiempo con el gran riesgo de remitir todo a una lectura estadística, y quedar sepultados bajo “insights” y números que aparentar explicar todo, cuando sin una lectura personal, tamizados a través de la experiencia profesional, y humana, no son más que un espejismo inservible.
De acuerdo a mi opinión el marketing es la herramienta, una de las tantas que ha nacido del fecundo vientre de “Nuestra Señora de la Publicidad”, pero no es “LA HERRAMIENTA”, el único par de anteojos, que mal utilizados se convierten en anteojeras para caballos, que nos desconectan del sentido de los productos y servicios, y el valor que deseamos los consumidores vean en ellos.
Hoy en día vemos hasta el cansancio la cantidad de expertos en marketing, que carecen de una formación profesional humanística, abarcativa, reducen todo a una serie de cuadros y algoritmos, se pierde el sentido que originó al marketing, que es comprender el deseo, y las posibilidades de una marca para satisfacerlo.
Finalmente los invito a realizar el ejercicio, como profesionales de la publicidad, o de cualquier otra actividad, aún no vinculada a ese ámbito, “salir a hacer marketing”, como lo hacía Manuel Marcelino Mortola, con su visión profesional, pero también con su humanidad a prueba de las balas de la ignorancia.
Seguramente desde algún lugar él nos observará, y sonreirá con su tan peculiar bonhomía, porque habremos aprendido la lección, “El Marketing Es La Herramienta, La Humanidad Es El Mensaje”.
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