Tuesday, January 28, 2025

Liz Gilbert (aka Cathy Thom): Los artistas son inmortales, los amigos lamentablemente no / Artists are immortal, friends unfortunately are not

Hace unos días me despedí de mi vieja amiga Liz, y si bien la despedida estuvo en cierta forma anunciada, no por eso dejó de ser inmensamente triste, como toda despedida.

Definirla como artista es simplificar demasiado su historia, porque si bien el arte ha sido siempre su esencia, el ser humano nunca abandonó el centro del ritual.
Siempre dispuesta a tender la mano, a ayudar a conocidos y desconocidos, a enfrentar grandes tormentas, que fueron demasiadas.

Vencía siempre mi poca elocuencia verbal con las charlas telefónicas de tres horas, y luego los primeros ensayos con los programas de chat en nuestras Mac.
Allí nos embarcamos en mil proyectos, algunos avanzaron, la mayoría se diluyeron, o como decía en el párrafo anterior, sucumbieron al poder de las tormentas, aquellas que invocábamos pero no podíamos domar.

La imagino recorriendo el desierto, en los alrededores de Pinyon Pines, regresando a su bella casa estudio de Palm Canyon Drive, a la que tanto quiso, y que le quitaron de una manera tan siniestra y terrible.

Pero no la imagino como un fantasma triste y errante, no sería Liz, va susurrando poemas de Allen Ginsberg.
Camina lentamente, para poder ir recordando sus bellísimas canciones, y la noche del desierto se convierte en un breve paraíso.

Y llega el final, y uno no quiere decir adiós, y se abraza a la música y a los recuerdos, inicia el duelo, hasta que sea el momento de colocarse la sábana del fantasma, entonces cantar las canciones de Liz juntos.

A few days ago I said goodbye to my old friend Liz, and although the farewell was somewhat anticipated, it was still immensely sad, like all goodbyes.

To define her as an artist is to oversimplify her story, because while art has always been her essence, the human being never left the center of the ritual.
Always willing to lend a hand, to help both acquaintances and strangers, she faced great storms, which were far too many.

She always overcame my lack of verbal eloquence with three-hour phone conversations, and then with the first rehearsals using chat programs on our Mac.
There we embarked on a thousand projects, some progressed, most faded away, or as mentioned in the previous paragraph, succumbed to the power of the storms, those we summoned but could not tame.

I imagine her wandering through the desert around Pinyon Pines, returning to her beautiful studio home on Palm Canyon Drive, which she loved so much and was taken from her in such a sinister and terrible way.

But I do not picture her as a sad and wandering ghost, that wouldn’t be Liz, she whispers poems by Allen Ginsberg.
She walks slowly to remember her beautiful songs, and the desert night becomes a brief paradise.

And the end arrives, and one does not want to say goodbye, and embraces the music and the memories, begins the mourning, until the time comes to wear the ghost's sheet, then sing Liz's songs together.

Disfrutá la música de Liz Gilbert en Soundcloud / Enjoy Liz Gilbert's music at Soundcloud

Monday, January 20, 2025

David Lynch: Hasta el infinito y más acá

Leo una y otra vez sobre la supuesta muerte de David Lynch, algo que aún no puedo comprobar, ni por verdad ni por mentira.
Lo que si puedo observar es una impresionante maratón de homenajes y tributos de todos los tamaños y colores, algo que si en vida hubiese recibido, bueno, que puedo decir, hubiese sido más famoso que Jesús.

No voy a sumar nuevos videos, ni enlaces a textos, ni la voz entrañable de David, siempre suave y sabia, hablando de una cuestión interesante tras otra, conmoviendo audiencias, grandes y pequeñas, generalmente no demasiado grandes, pero todos con oídos, ojos, pero especialmente el alma y el corazón abiertos a pleno.

Hay algo mucho más importante que sus películas, sus series, su música, su pintura, algo que va atravesando con cariño cada retazo de su arte, y de su vida que es su arte, son sus sueños, su creatividad inagotable.

Tal vez sea ese el motivo, diría que hasta inconsciente, de los homenajes desaforados, rescatar la creatividad en tiempos tan poco creativos, tan oscuros.
No es que el mundo haya sido mejor en el pasado, nos venimos pegando con garrotes en las cabezas desde las cavernas, y no se ve ni de lejos la posibilidad de guardar las hachas de guerra.
Por eso que el soñador, el creativo supremo, abandone la escena, se esconda de nuestra vista, nos produce una angustia muy difícil de digerir.

David es siempre convocante, al mejor estilo de Montag, el personaje que esconde y memoriza libros en "Fahrenheit 451" de Ray Bradbury.
Una convocatoria a soñar, a crear, a tener ideas. ¡¡¡Tener ideas!!!
Algo que hoy en idea parece enterrado y olvidado, excepto por pequeños ghettos socio culturales, que insisten en soñar, en ser tan atrevidos para crear algo diferente.

David es diferente, siempre lo fue, y no puedo dejar de lado lo primero que comenté a mis amistades hace unos días, y es que David fue capaz de aparecer y dar una buena patada en las pelotas, cuando todos estaban demasiado cómodos.

No voy a dedicarme a investigar su misterioso escape, él tendrá sus motivos, no pienso discutir con mi amigo David Lynch en momentos como estos.
Me abrazo a sus sueños y a su creatividad, que también son parte de mis sueños y mi creatividad.
Hay siempre un infinito ida y vuelta en el buen arte, el arte que mira más el alma y el corazón que medir audiencias.
Así estamos entonces, despiertos, a veces soñando, otras creando, en sueños o no, creyendo estar vivos, o vaya una a saber.

Sunday, January 05, 2025

Si Lionel Messi no hubiese existido tendríamos que haberlo inventado (el articulo no incluye la solución a semejante enigma, más ofrece una disparatada visión subjetiva)

Hace mucho, años diría, quería escribir este disparatado, o tal vez no tan disparatado relato.
Por un lado recuperar la escritura profundamente creativa, y nada más creativo que las ideas se asocien de la manera más libre posible, con permiso de Sigmund por supuesto.

Elegí como espacio mi viejo blog, herramienta atropellada y olvidada en tiempos de inteligencias y desinteligencias artificiales, y de las otras.
Blog que supo ser vanguardia, fuente de novedades musicales, aquellas que los medios masivos ya ni siquiera esconden, simplemente miran hacia otro lado.

Pero no hemos venido luego de tanto tiempo a hablar de nosotros mismos, mirando nuestro ombligo hasta quedar bizcos, o ser hipnotizados por nosotros mismos.

El próximo mundial de fútbol aún está lejos, la resaca de las fiestas va permitiendo muy lentamente el regreso del fútbol universal.
Ya ni siquiera los países con otras costumbres, e inclusive otras religiones, que poco o nada tienen que ver con esas celebraciones, escapan a este congelamiento deportivo universal.
El ser humano en cuestión aún de vacaciones en la Argentina, si, "ÉL".
Perdón, nunca pude decirle "Leo", ni "Lío", para mi será siempre "Lionel Messi", así, formal y sin vueltas.

Desde aquellos primeros meses del 2004, cuando uno se las rebuscaba para ver al "Barcelona B", y algo extraño comenzaba a ocurrir en las mentes de los fanáticos.
Pero no pasó demasiado hasta que los oídos de Frank Rijkaard, entrenador del Barcelona en la primera división, comenzará a sufrir de silbidos en sus oídos, las vibraciones del suceso comenzaban a dar su fruto, Lionel Messi ya era de primera.

Lionel Messi no creció lentamente, a pesar de las serias dificultades con su salud en la niñez.
Si bien en sus primeros tiempos en Catalunya las lesiones lo preocuparon más de lo soportable, las nubes grises del horizonte quedaron sólo en eso.
De repente los dolores y las preocupaciones se disiparon, y llegaron las sociedades con Ronaldinho.

En todos los años disfrutando a Lionel Messi en familia, juntos lo vimos debutar en la primera división de la Liga Española, creo que vi a pocas personas tan apasionados con Lionel como mi Papá.
Èl veía más allá del jugador, como describía sabiamente en este artículo.
Sentía una conexión personal, humana, y si bien lo hacia sufrir más de la cuenta ante los golpes que el juego propinaban al joven Lionel, los éxitos los vivía como propios, como un ser querido al que toda su vida protegería.

Mi Papá murió en el año 2014, y entre tantas cosas también iba a extrañar ver juntos los partidos de Lionel.
Pero, si bien detesto las cábalas, sumé una algo extraña.
Cuando Lionel comenzó a patear tiros libres miraba hacia un sitio en especial, un cuadro antiguo, con un papel marcado por el tiempo, era el poema que mi Papá me dedicó cinco meses antes que yo naciera.
Señalaba al cuadro, y con las palabras del momento, los nervios, el cariño y la ansiedad, le pedía por una "ayudita" para Lionel.
A veces la "ayudita" no llegaba, y veía a Lionel mirar el césped con enojo, pero la mayoría de las veces eran las manos al cielo, las suyas y las mías celebrando la anotación.

No por ir contra la corriente, simplemente por principios y valores, nunca comprendí a los que se reunían a despreciarlo.
Era agotador escuchar tanta agresividad, "que no canta el himno", "que no es Argentino", que se quede en el Barcelona.
El tiempo pondría todo en su lugar, los bocones se llamarían a silencio, y los trofeos se acumularían con su brillo habitual, que nubla la vista a los críticos, y les empasta la lengua.

El transcurrir de los años me acercaría a una interesante revelación, Lionel Messi es como la buena música, esa que ya no es tal músico, tal grupo de músicos, es sencillamente la banda sonora de la vida de uno.

El début en el 2004 en la primera división de la Liga Española, los cuatro goles en la despedida a Pep Guardiola (no olvidar que la temporada en que Pep si hizo cargo del Barcelona ganaron todos los torneos de esa temporada en los que participaron), cerrando con ese breve y a la vez infinito abrazo.
Las cuatro Champions, y luego los tres títulos con la "Selección Argentina de Fútbol" ("Copa del Mundo" y las dos "Copas América"), y eso con la "Selección Mayor", porque parece que muchos olvidaron los partidos de Lionel en los mundiales juveniles, cuando tranquilamente podría haber cambiado la historia jugando para la "Selección Española de Fútbol".
Y recuerdo emocionado otro abrazo entrañable, cuando el Barcelona le gana por cinco a cero al Sevilla en la final de la "Copa del Rey" del 2018, ese abrazo entre Andrés Iniesta y Lionel Messi es de una significación emotiva inolvidable.

Debería colocar las abrumadoras estadísticas de goles, trofeos, alegrías y por supuesto también tristezas, pero no, porque a pesar del título de este artículo Lionel Messi existió, existe, y existirá.
Honestamente, con toda mi alma y mi corazón, me pregunto: ¿si así no hubiese ocurrido notaríamos el vacío?.
Lo que uno siente en las tristes despedidas, en los momentos en los que se levanta a las tres de la mañana, y sentado al borde de la cama, y del abismo entre los sueños y la realidad, cuando la melancolía nos estruja a diestra y siniestra. ¿Sería palpable la sensación de su ausencia?

Pero la pesadilla se evapora, y entonces, en breve ya, regresará la MLS (Major League Soccer), que por mi si juega Lionel en la liga de fútbol del planeta Marte, me importa un pepino si es una liga más o menos competitiva, él sigue volviendo locos a propios y ajenos, y sumando melodías a mi banda sonora personal.